Noticias frescas

miércoles, 30 de mayo de 2012

Las ferias d'Onís en 1792

Na Gaceta de Madrid, l'actual BOE, de xunetu de 1792 apaecía la concesión del permisu al conceyu pa celebrar dos ferias cada añu. La Real Cédula dicía:
"Madrid 6 de Julio. Por Real Cédula de 28 de Junio anterior se ha servido S.M. conceder al Concejo de Onís, en el Principado de Asturias, facultad para celebrar dos ferias cada año: la una en los días 15 y 16 de Mayo, y la otra en 19 y 20 de Octubre".

jueves, 10 de mayo de 2012

Cuando n'Ariu se xugaba a los bolos

Nun artículu tituláu "Por las Peñas de Europa" escritu por Julio López Rendueles na revista "Región" en 1918 relata lo que-y pasó colos pastores d'Ariu. Venía de Caín per Trea nuna excursión:
"Al fin, hemos alcanzado el Puerto de Ario. Es una meseta a más de 2.000 metros [1.600 m.] sobre el nivel del mar: una planicie en la cual la blancura de la caliza se ve salpicada por las manchas verdes de los pastizales. Varios pastores juegan en una bolera, no muy llana, cabe un grupo de chozas [al par de las cabañas]. Abandonan la partida y nos miran. Les pedimos leche y nos dan la respuesta que se recibe por todas las Peñas: "mamáronla los xatos". Unas galletas repartidas entre sus pequeñuelos, les mueve a confesar expontáneamente que pueden darnos "una poca".

miércoles, 9 de mayo de 2012

Accidente desgraciáu

En "El Eco de los Valles" de marzu de 1912 apaecía la siguiente noticia refería a un accidente nel que morrió un vecín d'Onís. 
"El domingo 10 del actual ocurrió cerca de Cangas de Onís, un desgraciado accidente.
Llegaba el coche de los señores Morán al sitio nombrado Puente de la Morra, conduciendo seis viajeros, en ocasión que de la población dicha venía el tranvía que hace el servicio entre Arriondas y Covadonga. Dícese que al pasar dicho tranvía por junto al coche, soltaron los grifos de la caldera espantándose los caballos, siéndole imposible sujetarlos al cochero, que luchó bravamente para evitar la catástrofe.
La máquina embiste al coche, haciéndole caer fuera de la carretera por un paredón de algunos metros; sobre el carruaje caen los caballos... y el tren, sin pararse en pequeñeces, sigue su "rauda" marcha, con rumbo hacia el milagroso santuario.
Resultó muerto don José Cueto, de 40 años, casado y mayordomo de los señores Pellico, de Onís; y heridos de más o menos gravedad, el conductor del coche, Laureano Morán, y los otros seis viajeros que ocupaban el vehículo, don Amador Noriega y don Jesús García, juez y secretario del Juzgado de Onís, respectivamente; don Francisco Peláez y su hijo Francisco, acaudalados propietarios de dicho concejo; don Eugenio Suárez, de la Robellada y don Francisco Iglesias, rico capitalista de Mestas.
Personado el juzgado de 1ª Instancia de Cangas en el lugar del suceso, procedió al levantamiento del cadáver e instrucción del atestado correspondiente, trasladándose los heridos, después de haber prestado declaración, a sus respectivos domicilios en coches de la empresa Morán.
El público que en gran número acudió al lugar de la catástrofe, protestaba indignado de esta nueva desgracia, que ha aumentado el número de las muchas que vienen ocurriendo en una línea, en la cual por tolerancia inexplicable, se dejó instalar una vía férrea, que es un constante peligro para cuantos por ella tengan necesidad de transitar.
Referimos el caso como llega a nuestros oídos, creyendo, no obstante que nuestro relato es más verídico que los publicados hasta ahora por la prensa periódica".