Noticias frescas

viernes, 23 de diciembre de 2011

Onís na revista Norte

La revista Norte dirixía por Alfonso Camín inxertó en varias ocasiones reseñas sobre'l conceyu d'Onís y la so xente. 
Nel númberu de febreru de 1930 apaez una semeya h.echa n'Avín onde apaecen Marcelino Rémis, so tíu Ramón "Botín" y la so familia. Nel númberu de xunu d'esti mesmu añu y con motivu de la fiesta del Bollu nel Centru Asturianu de Madrid, del que Marcelino yera director d'estudios y el so hermanu Antonio vocal, cita'l corresponsal a los asistentes entamando polos cantadores Quin el Pescador y el Polenchu acompañaos pol gaiteru de Margolles José Rémis. 
Ente los presentes relacionaos con Onís apaecen Sacramento Prieto “primer premio de bolos en Onís”; Francisco de la Vega, “que de rapaz cazaba merucos con garduña”. Ésti yera'l propietariu del Bar Flor, na Puerta'l Sol, del qu'apaecen dellos anuncios na revista.

Nel mesmu exemplar apaez tamién, nel separtáu de Noticias, Enrique Pellico “tan famoso en Madrid, cuyo nombre es un verdadero crédito, como en sus predios del Concejo de Onís, donde es fama que, siendo rapaz, cantaba mejor que un tordo, y a media legua ya decían las gentes: “Ahí viene Pellico. Va de cortejo, cantando, con la cádaba en la diestra”, esto é, con un árguma na mano.
Precisamente nel númberu de payares de 1930 apaez una pequeña entrevista a Enrique Pellico:
“- ¿A qué vino usted a Madrid?
- Vine a Madrid a hacerme un hombre de provecho. En eso soñaba siendo muy rapaz en Bobia de Arriba, concejo de Onís, en donde nací, y eso logré a fuerza de trabajo, de entusiasmo y de honradez. No me quejo.
- ¿Qué hace usted ahora en Madrid?
- Aprovecharme de lo que he trabajado durante muchos años. Siento un gran cariño por Madrid y, después de Bobia de Arriba, esto me parece lo mejor del mundo. No exagero".

Tamién nesti exemplar y baxu'l títulu de “Asturias en Madrid” hai una reseña de Francisco de la Vega con una semeya na q'apaez al par d'Unamuno y otros miembros de l'Alianza Republicana. Diz el redactor: “Vino a Madrid de rapaz, desde el Concejo de Onís (…) Sembró de bares Madrid. Y un día, secundado por sus socios Antonio Pinillos y Manuel Vicente, soñó en hacer un cine para que hablara Unamuno. El cine se hizo, y soberbio, de los mejores de Madrid. Es el cinema Europa. Y Unamuno, a raiz de volver de su glorioso destierro, habló desde su escenario. La prueba está al canto, en este grabado, que muestra al sabio catedrático rodeado de Paco de la Vega, de Pinillos y de otros amigos, el día de su famosa conferencia”.

Vacas de Francisco de la Vega en La Robellada

Alfonso Camín debía tener bona amistá con Francisco de la Vega y tamién agradecimientu pola publicidá qu'inxertaba na so revista. Nun artículu de 1932 dedicáu a la ganadería de carne n'Asturies apaez una semeya de las vacas de Don Paco.
N'ochobre de 1932 l'articulista Lucas Gómez empondera guapamente al conceyu d'Onís y al so “popular” alcalde Antonio Pérez Cardín.
L'artículu titúlase “Por tierras de Onís” y, ente otras cosas diz: “En una de las más románticas orillas del Güeña –el río a quien cantó la malograda musa de Luis de Muro [alcuñu de Francisco de la Vega]- nace la carretera de Bobia a Demués en el concejo de Onís; carretera por todos conceptos maravillosa; por su trazado, gala del ingeniero director; por su construcción, que honra el arte y la destreza de los jornaleros de Onís, y por ser mirador magnífico de todo el cúmulo de paisajes que encierra entre sus lindes el concejo singular, escenario de cuadros dulces y de panoramas montañosos de una barbarie majestuosa, todo oteado cómodamente a medida que se va subiendo por la nueva vía de comunicación que hoy une las dos parroquias de Buen Suceso y de Santa Eulalia”.

N'otru párrafu, depués de dicir qu'elli, Lucas Gómez, nun é el más apropiáu pa “pintar la hermosura de esta obra”, diz “…séale permitido salir del paso con los párrafos que antecede, no sin antes dedicar un elogio, sincero y entusiasta, como de buen oniense, a D. Antonio Pérez Cardín “jabalí” presidente del Ayuntamiento de Onís, que con tesón de bronce (…) logró ver coronada con el éxito obra tan necesaria en el concejo; y de agradecer al altruista y desinteresado, si que también entrañable amigo, Camín (…) que pone a disposición de Onís las columnas de Norte para que unas cuantas fotos den al lector una mínima idea de lo que es la carretera de Benia a Demués en el concejo de Onís”.


Enrique Pellico
En 1934 dientro de la sección “Las siluetas del mes” apaez una columna dedicada a Enrique Pellico firmada por Pepe Quintana: 
"Cuando vino Enrique Pellico a Madrid, en Bobia de Arriba se echó un roble de menos. El roble venía a Madrid a cortejar a la encina. Y el roble y la encina por aquí andan del brazo. Porque Enrique Pellico, sólo y único, conocido hoy en la Meseta como uno de los hombres de más crédito, con varios establecimientos de licores, abiertos a los cuatro horizontes de la ciudad y con un nombre popular y querido, no es uno de esos hombres vulgares, de pan y cebolla, que viene a Madrid a contar garbanzos, uno a uno, y como no los gastan, acaban en fanega. Pero este hombre, no. Bobia, aunque está cerca de La Robellada, a unos pasos de Ortiguero y a otros de Las Estazadas, y se abraza con Cabrales y Onís, vertiente fronteriza que es la cuna de Enrique Pellico, no es de los pueblos que lo esperan todo de América ni se dedica en Madrid a vender prendas de segunda mano. Los hombres más echados para adelante son los de Pravia, cuando había pravianos, y los de Cabrales y Onís, que aún los hay. Y a esta casta pertenece Enrique Pellico, que lleva en el corazón tal manantial de agua limpia como aquel que va llorando sobre el camino del río Las Cabras.
Desde pequeño se distinguió en el ramo, se curtió en el trabajo, dejó la palabra para los espíritus parlamentarios y enseguida se perfiló como hombre de nobleza y de acción. 
Parco en palabras y fecundo en los hechos. E aquí su escudo de nobleza. El tesón es el acero mejor templado para la lucha. Y el tesón fue siempre la tizona con que ganó sus batallas asturianas D. Enrique Pellico. Es, además, en estas horas de engaños y de traiciones, de palabras y de pesetas falsas, un hombre enterizo, todo lealtad. Pese a ser un magnífico ciudadano, usa de la salud de la ciudadanía y no del veneno del cuco cosmopolita, que siempre trae a la ciudad una mala intención rural y cabruna.

Luchó muchos años como los buenos. En todo Madrid, especialmente en el clásico barrio en que está enclavada la vieja calle de Toledo, D. Enrique Pellico no es un hombre a secas. Es una bandera colectiva de buena hombría. No va más que a la fiesta de “El Bollu”, de la Bombilla. Y eso porque es una vez al año y viene de allá el gaitero:

Cuando salí de Cabrales
lloraba una cabraliega;
ella lloraba por mí
y yo lloraba por ella.

Quién bien anda, bien acaba. Y D. Enrique Pellico acabará por formar parte del santoral asturiano. Y será el Santo Patrón de Bobia de Arriba”.
En 1936 hai una reseña con motivu de la muerte de so madre: “…era una viejecita de égloga, una de esas estampas aliento del hogar asturiano, de las que ya van quedando pocas, porque son parte de la tierra misma (…) Murió a los ochenta y un años en Bobia de Arriba (…) Descanse en paz la buena anciana bajo la paz del cielo estrellado de Bobia de Arriba, rincón apacible del concejo de Onís…”.

Nel añu 1956, editándose yá en México, na revista Norte apaecen “Tres sonetos a Asturias” salíos de la pluma de Francisco de la Vega. Son “A unos pinos”, “A un avellano” y “A unos castaños”, esti caberu diz:
“Castaño carcomido cuyas cañas
procuran al pastor un buen apaño
viniendo a regalarle cada año
dos o tres celemines de castañas;

castaños seculares sin entrañas
que lejos de acusar tan triste daño
os erguís en la orilla del Casaño
sirviendo de refugio a las montañas;

castaño sin rival que en la bolera
de Puertas de Cabrales se solaza
desde hace cinco siglos frente al Cuera;

porque viste a tu sombra aquella raza
tan fuerte y varonil como tu traje,
he venido a rendirte mi homenaje".

Y yá p'acabar esta incompleta incursión nesta revista reseño esta nota apaecía en 1960: “Ha fallecido en La Robellada de Onís, concejo del mismo nombre, Asturias, don José Amieva Caldueño, padre de nuestro buen amigo el popular Toribio Amieva, que trabajó muchos años en el negocio de cantinas, en México y después en Cuernavaca en el ramo hotelero, y hoy reside con la mayor parte de la familia en la capital asturiana…”.